miércoles, 17 de febrero de 2021

 Ensayo

Entornos virtuales de aprendizaje y sus ventajas en la universidad

Hipólito César Vilca Panti

A fines de la década de los 90, Internet resultaba un gran aliado en la búsqueda de información para los universitarios que estaban familiarizados con buscar libros en un fichero y completar los datos en una hojita para acceder a uno de ellos. Es que resultaba bastante novedoso que, con tan solo digitar una palabra en el buscador Altavista, se pudiese encontrar un sinfín de informaciones en cuestión de segundos. Hoy, en el 2018, esto es habitual y, desde aquel entonces, se fueron desarrollando otros motores de búsqueda como Google, redes sociales como Facebook, portales de audio y sonido como Youtube, tiendas virtuales como Amazon, juegos en línea como Candy Crush y aplicaciones para alojar información como Onedrive, entre otros, de los cuales se puede disponer no solamente en una computadora, sino también en una tablet o un celular. En el contexto educativo, también hubo un desarrollo considerable con respecto a la tecnología, por lo que no se puede ser indiferente a ella. Por el contrario, los docentes deben saber emplearla para diversos fines vinculados con el área. Al respecto, algunas herramientas con las que se puede contar son los entornos virtuales de aprendizaje, los cuales son muy útiles en este ámbito. Precisamente, en este ensayo, se pretende reflexionar acerca de su concepto y de las ventajas que ofrece en la universidad.

Sobre los entornos virtuales de aprendizaje, Chan (2004) afirma que son espacios en los que se produce una interacción sincrónica y asincrónica. Esto quiere decir que, a partir de un programa curricular, se logran los aprendizajes mediante un sistema que permite su administración, ya sea que tenga lugar en el mismo tiempo, pero no necesariamente en la misma ubicación, o que ocurra de manera independiente al tiempo real. Además, García, Ruiz y Domínguez (2007) señalan que los entornos virtuales de aprendizaje son espacios alojados en Internet que se emplean para administrar y realizar un seguimiento a las actividades de aprendizaje, así como para evaluar el proceso y el producto logrado. Por lo tanto, constituyen otra alternativa para que los docentes puedan desempeñar su rol educativo de orientador con la ayuda de la tecnología, lo que, en definitiva, le ofrecerá múltiples ventajas. Por su parte, Cruz, Hiraldo y Estrada (2010) sostienen que existen una variedad de entornos virtuales. Sin embargo, tienen determinados elementos en común. Generalmente, tienen una página de bienvenida donde se colocan los anuncios y una barra de navegación. Asimismo, presentan unidades de aprendizaje donde se pueden encontrar los materiales de aprendizaje, foros, wikis o evaluaciones. Por otro lado, estos espacios virtuales se pueden clasificar en comerciales y libres. Entre los primeros, cuyo acceso es pagado y se asocia más al uso corporativo, destacan Blackboard, First Class y eCollege. Entre los segundos, cuyo acceso es abierto al público en general por no necesitarse una membresía si se utilizan solo las propiedades básicas, se puede mencionar a Symbaloo, Atutor, Chamilo, Dokeos y Moodle, entre otros.  

Por otra parte, los entornos virtuales de aprendizaje presentan varias ventajas en el ámbito universitario. Primero, para Santos (2018), permiten que se amplíe el espacio de interacción entre el docente y los estudiantes, dado que la parte virtual de la clase, cual fuese su modalidad, se puede realizar en cualquier lugar y ya no es necesario que haya un desplazamiento hasta el campus. Segundo, posibilitan que el profesor y los alumnos cuenten con una flexibilidad en sus horarios, ya que las actividades se pueden efectuar en cualquier momento según el cronograma establecido. Tercero, promueven el desarrollo de habilidades cognitivas como la previsión, la planificación, la deducción, el análisis y la autoevaluación, entre otras, las cuales son muy útiles en la universidad. Cuarto, posibilitan el acceso a la información mediante el contenido ´subido´ a la plataforma en forma de videos, diapositivas o lecturas, o al incentivo de su búsqueda en otros espacios físicos o digitales, así como a la gestión del conocimiento a través de las distintas actividades que se propongan como la creación de un ensayo o una reseña en una wiki. Quinto, según López (2015), estimulan el trabajo colaborativo; es decir, promueven que el estudiante pueda trabajar de manera conjunta y coordinada con sus compañeros de equipo para lograr un objetivo en común. Sexto, acercan a los estudiantes al uso de las herramientas tecnológicas, lo cual logra modificar en ellos la noción de que la tecnología solo se emplea como un medio de entretenimiento y que, más bien, se puede utilizar para fines académicos. Séptimo, permiten la interacción entre el docente y los alumnos, y entre los mismos estudiantes mediante chats para formular alguna pregunta o foros para discutir algún tema. Octavo, posibilitan que las evaluaciones se puedan aplicar virtualmente según el tipo de prueba como cuestionarios online, participación en los foros, redacción de trabajos o envío de tareas, de modo que, en todos los casos, el docente tiene la oportunidad de ofrecer una retroalimentación.

En conclusión, en este texto, se ha reflexionado acerca de los entornos virtuales de aprendizaje. Estos son espacios en Internet que permiten la interacción sincrónica y asincrónica, y permiten administrar y realizar un seguimiento al logro de los aprendizajes. Además, se ha destacado que sus principales ventajas en la universidad se relacionan con la flexibilidad del espacio y del tiempo, el desarrollo de habilidades cognitivas, el trabajo colaborativo, el manejo de información y la gestión del conocimiento, y la evaluación, entre otras. Al respecto, si bien este ensayo se vincula con el ámbito universitario, los entornos virtuales de aprendizaje también se pueden emplear en la educación básica, posiblemente con los EVA de tipo libre, de tal forma que constituya un vehículo de inclusión y de metodología activa. Asimismo, es recomendable que el docente no se mantenga apartado del uso de estas plataformas en sus clases y, más bien, las deba considerar como otra alternativa que le permita lograr los aprendizajes en sus estudiantes.

 

REFERENCIAS

Chan, M. (2004). Tendencias en el diseño educativo para entornos de aprendizaje digitales. Revista Digital Universitaria, 10(5), 2-26. Recuperado de https://bit.ly/2J7BxF3

Cruz, M., Hiraldo, R. & Estrada, V. (2010). El aprendizaje virtual y la gestión del conocimiento. Estudio de caso de la Universidad Abierta para Adultos, UAPA, República Dominicana. Boletín IESALC Informa. N.o 208. Recuperado de https://bit.ly/2JqAlgn

García, L., Ruiz M. & Domínguez, D. (2007). De la educación a distancia a la educación virtual. Barcelona: Ariel.

López,  C. (2015). El desarrollo de competencias profesionales en los Entornos Virtuales de Aprendizaje en ingenierías. El caso de la ingeniería en informática (tesis de doctorado). Universidad de Granada. Recuperado de https://bit.ly/2SzPlMO

Santos, B. (2018). 9 características principales del ambiente virtual de aprendizaje. Hotmart/Blog. Recuperado de https://bit.ly/2OWTRXI

 

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