domingo, 17 de febrero de 2019

 

Ensayo

Desafíos del director líder en la educación peruana del siglo XXI

Hipólito César Vilca Panti

Rocío María Lázaro Landeo

Resumen

En este ensayo, se van a presentar tres desafíos que enfrenta el director líder en el contexto de la educación peruana del siglo XXI. El primero se vincula con la formación y ética profesional con la que debe contar. El segundo se relaciona con la amplia diversidad cultural que existe en el país. El tercero es la calidad educativa a la que debe conducir a los estudiantes de su institución educativa. Además de explicar cada uno de ellos, se proponen determinadas acciones que podrían considerarse en su liderazgo.

Palabras clave: director, líder, desafíos, ética profesional, diversidad cultural, calidad educativa

 

Introducción

Cada cierto tiempo, de acuerdo con las normas educativas peruanas, se anuncian concursos públicos para ocupar el cargo de director de alguna institución escolar. Según el artículo 18 de la ley 29062 de Carrera Pública Magisterial (2018), él es la máxima autoridad y el representante legal de la institución educativa. Se constituye como el responsable de los procesos de gestión educativa, pedagógica y administrativa. Además, tiene la función de promover las mejores condiciones materiales y de clima institucional para el adecuado desempeño profesional de los docentes y para que los estudiantes logren aprendizajes significativos. Por lo mencionado, el director debe ser una persona que pueda realizar mejoras en el colegio donde se encuentre, pero, más que ello, debe ser una persona que pueda impulsar cambios, aunque las circunstancias sean adversas. De acuerdo con lo anterior, cada individuo que se proponga a asumir dicho cargo, o ya lo tenga, no tiene que considerar que es meramente una función administrativa y que, por consiguiente, adquiriría beneficios económicos o mayor estabilidad, sino que va a asumir una responsabilidad que repercutirá en la comunidad educativa, como el líder que está llamado a ser, debido a que su trabajo se tiene que orientar a lograr una nueva cultura, a la innovación o a la adaptación al cambio. Es así como su labor no es fácil y se encuentra expuesta a enfrentar ciertos desafíos que tiene la educación peruana del siglo XXI, los cuales se relacionan con su formación y práctica de ética profesional, con la diversidad cultural y con los estándares de calidad educativa. Ante la importancia de este tema, en este ensayo, a continuación, se ha creído conveniente explicarlos, de tal manera que se puedan establecer acciones desde su liderazgo para realizar un cambio educativo.

La formación y práctica de ética profesional

Uno de los mayores desafíos que tiene el director líder se relaciona con su formación, ya sea en el plano pedagógico o de gestión, y con la práctica de su ética profesional. Por un lado, no es suficiente ser un buen profesor de aula para asumir esta función, sino que debe estar preparado para cumplir funciones de conducción de un grupo, poseer ciertas formas de comportamiento, habilidades básicas para el manejo de técnicas de gestión pedagógica e institucional, así como poseer una calificación óptima para el cargo. Según el Minedu (2012), ha de evidenciar sus dominios, competencias y desempeños. Entre ellos, se puede mencionar la gestión de las condiciones para la mejora de aprendizajes y la orientación de los procesos pedagógicos, la conducción de manera participativa de la planificación institucional, la promoción de la participación democrática, y el fomento de la evaluación de la gestión de la institución educativa y el rendimiento de cuentas. Por otro lado, de acuerdo con Restrepo y Restrepo (2012), el director líder es quien debe traducir los ideales formativos de la institución en estándares éticos, de tal modo que haya una sana convivencia entre todos los miembros de la comunidad educativa. Para ello, debe haber coherencia entre sus principios éticos y sus acciones. Por ejemplo, no es posible que quien ocupe este cargo se deje llevar por sus intereses económicos personales al apropiarse del dinero destinado para la mejora de la infraestructura de un colegio y deba mentir con que no se le proporcionó lo suficiente. Por lo tanto, es necesario que el director líder sea un ejemplo de vida y se convierta en inspiración para los demás, no solamente para los docentes, sino también para los alumnos y los padres de familia. Además, es importante que todas las decisiones que tome se basen en documentos visibles y manejables por todos como reglamentos o normas de convivencia, de tal forma que siempre haya transparencia y pueda haber desarrollo, crecimiento y consolidación en las personas que se encuentran bajo su liderazgo.

La diversidad cultural

Otro de los desafíos que tiene el director líder se vincula con la diversidad cultural. En un contexto como el peruano, es importante saber que no hay un solo modelo de realización humana y se debe entender que ninguna persona es mejor que otra por su cultura.  Según un principio de la teoría del desarrollo humano, el fin último de la vida es la libertad, por lo que, más que “tener”, importa el “ser”. Para autores como Sen (2010), esto significa realizar todas las potencialidades del ser humano en el sentido de acceso a oportunidades, capacidad de asociarse con los demás y el ejercicio de la ciudadanía. En ese sentido, el director líder es el llamado a ser la cabeza para generar las condiciones necesarias y ampliar las oportunidades de todas las personas de la comunidad educativa para que puedan realizarse como seres humanos y ejerzan plenamente sus derechos. Entonces, su práctica debe estar orientada a realizar determinadas acciones y gestiones. Según Vergara y Alegría (2010), estas son las siguientes: primero, promover la formación de redes de colaboración entre la institución educativa y los centros de formación magisterial; segundo, guiar el diseño del conjunto de programas de formación inicial y constante de los docentes en relación con la inclusión y la atención a la diversidad; tercero, formar equipos de apoyo interinstitucional; cuarto, crear espacios de atención y apoyo a los padres de familia y profesores; quinto, apoyar en el diseño, ejecución y evaluación de programas de investigación educativa relacionados con el tema. De ese modo, este proceso, en función de la diversidad, considerará la generación de un plan de acción desde las sesiones y los encuentros de sensibilización de docentes, alumnos y padres de familia. Además, por su accionar, se deberán realizar talleres de formación sobre atención a la diversidad, la creación de materiales de apoyo a la inclusión y el diseño de adaptaciones curriculares individualizadas, toma de decisiones curriculares comunitarias. Incluso, será el promotor de que el centro educativo se adapte a las necesidades de todo el alumnado, y se logre un trabajo conjunto de los equipos de apoyo con los docentes y la integración de estudiantes diversos.

Los estándares de calidad educativa

Un desafío más al que se enfrenta el director líder es el buscar que su institución consiga estar dentro de los estándares de calidad educativa. En la prueba PISA del año 2015, según OECD (2016), Perú ocupó el puesto 63 de los 70 países participantes en la comprensión lectora. Aunque consiguió un avance significativo en el rubro al registrar una mejora de 14 puntos en relación con los 384 obtenidos en el 2012, existe un 46.7 % de estudiantes peruanos ubicados entre quienes presentan los peores resultados y solo un 0.6 % se muestra en los más altos niveles de tal evaluación. Esta posición revela la educación precaria en el país, no solamente con respecto de otros países participantes, sino por el hecho de que no serían capaces de alcanzar, mediante la lectura, un desarrollo personal y una participación activa en la sociedad a futuro. Ante situaciones como esta, relacionadas con alcanzar estándares de calidad, según Freire y Miranda (2014), el director líder debe interactuar de forma directa con los estudiantes mediante el monitoreo y la sanción de la conducta si fuese inapropiada, así como de las acciones que tiendan a controlar la disciplina de aquellos que presentan problemas o faltan frecuentemente al colegio. Esto tiene que ocurrir así, debido a que su función consiste en dirigir y supervisar el desarrollo, la evaluación y la mejora de la educación de todos los alumnos. Por otro lado, de manera indirecta, el liderazgo del director incide en el rendimiento de los estudiantes en tanto contribuya a desarrollar entornos de aprendizaje para los profesores, logre estimular una comunicación fluida con ellos, los supervise constantemente, comparta la toma de decisiones, y los motive y aliente sus capacidades. De este modo, definitivamente, habría un mayor desempeño de los profesores en el aula, lo cual implicaría mejoras en el rendimiento de los estudiantes y, por consiguiente, que se pueda alcanzar los estándares de calidad. Al respecto, Salmi (2009) añade que es muy importante que el director líder considere tres factores que se interrelacionan. El primero es que pueda concentrar talento docente en su institución, cuyo nivel de formación continúe enriqueciéndose con conocimientos específicos y métodos educativos, y que haya un vínculo con docentes de toda la comunidad académica, lo cual garantizará el acceso de los estudiantes a una educación de calidad. El segundo es el gestionar abundantes recursos para que haya un ambiente pertinente de aprendizaje, los cuales incluyan tecnologías de información y comunicación, y el uso del inglés, además de las nativas. De esa manera, los estudiantes podrán desarrollarse en ámbitos locales e internacionales. El tercero es que propicie condiciones que fomenten la visión estratégica, la innovación y la flexibilidad, lo que permitirá que en la institución se tomen decisiones conjuntas y pertinentes, y que se administren los recursos adecuadamente en favor de los estudiantes.

Conclusión

En síntesis, el director líder se enfrenta a ciertos desafíos en el contexto de la educación peruana del siglo XXI. En primer lugar, estos se relacionan con la formación pedagógica o de gestión y la práctica de la ética profesional que pueda tener, debido a que no cualquier persona, por más que haya sido un buen docente, debe cumplir esta función. En segundo lugar, existe una amplia diversidad cultural en el alumnado con la que pueda relacionarse en su institución educativa, puesto que, en un contexto como el peruano, no hay un solo modelo de realización humana al haber una variedad significativa de culturas. En tercer lugar, los estándares de calidad a los que debe tener como objetivo en la institución educativa donde es director son altos, por lo que es necesario que su liderazgo sea ejercido con la consideración de los docentes con los que cuenta, los recursos que se van a emplear y los alumnos a lo que se pretende educar.

Al respecto, si bien es cierto que la labor del director líder no es fácil por los desafíos que tiene que enfrentar, es necesaria su presencia y que asuma su compromiso con responsabilidad. Por otro lado, es cierto que no el único actor educativo que debe velar por los alumnos, como es el caso de los docentes quienes también deberían asumir su liderazgo desde la función que desempeñan. Sin embargo, como cabeza de la institución educativa es el llamado a impulsar el cambio educativo, pese a las circunstancias evidenciadas del contexto peruano actual.

Referencias

Freire, S. y Miranda A. (2014). El rol del director en la escuela: el liderazgo pedagógico y su incidencia sobre el rendimiento académico. En Avances de Investigación 17. GRADE. Lima.

Ministerio de Educación (2013). Marco del buen desempeño del directivo. MINEDU. Lima. Recuperado de  https://goo.gl/Gx39UL.

Ministerio de Educación (2018). Normas de Carrera Pública Magisterial. MINEDU. Lima. Recuperado de https://goo.gl/9bKB6Y.

OECD (2016). Singapur encabeza la última encuesta PISA sobre educación que realiza la OECD a escala internacional. PISA: Publicación OECD. Recuperado de https://goo.gl/x73Yzu.

Restrepo, J. y Restrepo, M. (2012). Cinco desafíos en el ejercicio del liderazgo en los rectores de colegios. Educ. Educ. Vol. 15, N.°1, 117-129. Recuperado de https://goo.gl/KbHu91.

Salmi, J. (2009). El desafío de crear universidades de rango mundial. Banco Mundial en coedición con Mayol Ediciones S.A. Washington.

Sen, A. (2000). Desarrollo y Libertad. Ed. Planeta. Buenos Aires.

Vergara, M. y Alegría, J. (2010). Diversidad cultural: un reto para las instituciones educativas. Ed. De la Noche. Guadalajara.