lunes, 22 de febrero de 2021


 La brecha digital generacional en el ámbito educativo

Hipólito César Vilca Panti

A partir de las preguntas formuladas en el artículo de Suárez-Guerrero et al. (2020) denominado Preguntas educativas para la tecnología digital como respuesta, planteo lo siguiente: ¿la brecha digital generacional es un argumento para que los docentes nos limitemos en realizar nuestra práctica pedagógica? Como se sabe, en el contexto peruano, quienes ejercen esta profesión pueden llegar a contar con 65 años e, incluso más edad, en el ámbito universitario. En ese sentido, según Loo (2020), se caracterizan por estar preocupados por la salud e interesados en el mundo digital, aunque no muy habituados a su uso. Por ejemplo, ocasionalmente, utilizan alguna red social como Facebook y pueden buscar alguna información en Google. En el caso de quienes pertenecemos a la generación X o Y, aunque uno de nuestros más grandes objetivos es trabajar como sustento de una familia, de acuerdo con Valverde-Alcívar et al. (2017), tenemos un mayor acercamiento con el uso de las tecnologías e, incluso, hay quienes podemos estar a la par con los estudiantes. Sin embargo, el empleo de las TIC en el ámbito educativo es un tanto distante para muchos, puesto que fuimos educados de manera tradicional para ser docentes, no las entendíamos y no quisimos salir de la zona de confort cuando impartíamos una sesión, rechazamos implementarlas por considerar que nos restaban tiempo o que eran un abuso por parte de las autoridades educativas, todo lo cual se sintetiza en expresiones como la que sigue: “Yo ya no estoy para eso”.

Ante ello, considero que la brecha digital generacional no puede ni debe limitarnos cuando realicemos nuestra labor. A pesar de nuestra edad y, por consiguiente, de algunas dificultades propias en el uso educativo de las tecnologías, sostengo esto con dos argumentos. El primero es la necesidad de lograr el objetivo que nos planteamos. Cuando diseñamos una sesión de clase, entre otros aspectos, debemos pensar en cómo alcanzarlo (Freire-Quintana et al., 2018). Es así que, como parte de nuestro quehacer, recurrimos a un abanico de posibilidades. En un caso particular, antes, tal vez solo era suficiente el uso de una pizarra, un papelógrafo o unas diapositivas para la presentación del contenido cuando las clases se impartían en un ambiente físico. Hoy, cuando estas sesiones son remotas, lo anterior no funciona ni basta en un contexto virtual, más aún si este abanico de herramientas es mucho más grande: Genially, Prezi, Canva, etc. Por lo tanto, es fundamental conocerlas, no necesariamente todas, pero sí en buena medida para lograr nuestro propósito. Así, en otro caso, en lugar de pedir a los alumnos que “salgan a la pizarra” para pegar la idea que escribieron en su Post-it, les podremos pedir que, a través de Mentimeter, realicen lo mismo, pero con el uso educativo de esta tecnología, la cual ahorra tiempo, y es más funcional y motivadora. El segundo argumento en el que me baso es la innovación. Este término significa que introduzcamos modificaciones en la manera de hacer las cosas para que el resultado sea mejor (Aguiar et al., 2019). En otras palabras, como docentes que somos, no podemos conformarnos con nuestros logros, sino aspirar a que podemos conseguir más. Para ello es imprescindible nuestro deseo de querer superarnos, no por la presión de una pandemia ni por nuestras autoridades educativas, sino por pasión y vocación. Es así que considero muy acertado que decidamos capacitarnos, puesto que supone la pretensión que tenemos de no estancarnos y continuar conociendo nuevas herramientas tecnológicas. A partir de las experiencias compartidas en estas circunstancias de sesiones a distancia, estoy seguro de que, a la mayoría, sino a todos, nos ha fomentado el deseo de investigar e implementar en nuestras clases aquella herramienta que algún compañero compartió en las reuniones, acorde al objetivo que tengamos, como es el caso de Jamboard. Incluso, quién sabe, alguno vaya más allá todavía y cree una nueva herramienta para aplicarse en la educación.

A partir de la reflexión anterior, ¿cómo se podría acortar esta brecha? Si bien es cierto que la conectividad y el contar con dispositivos adecuados son fundamentales para esto, de acuerdo con Albernar-Cabrera y Santos-Montalvo (2020), los docentes de más edad tienen que asumir el reto que se demanda en la actualidad para ejercer la práctica pedagógica con la implementación de las TIC en el proceso de aprendizaje. En consonancia con ello, como propuesta, resulta muy importante la formación continua a corto y a mediano plazo a través de capacitaciones que tomen en cuenta sus características como el que necesitan un poco más de tiempo para aprender a usarlas, así como la naturaleza del curso que imparten y sus objetivos. En ese sentido, no se les puede “atiborrar” con un sinfín de información, recursos o herramientas tecnológicas, sino que estas capacitaciones deben contemplar, por ejemplo, algunas herramientas esenciales de uso más accesible para ellos, al comienzo, a fin de que, posteriormente, puedan aprender otras más complejas de forma paulatina. Además, es muy enriquecedor que puedan contar con un acompañamiento de docentes que tengan mayor pericia en el uso educativo de las TIC, y pueda haber espacios para compartir sus dudas y experiencias vividas.

Referencias

Aguiar, B. O., Velázquez, R. M., & Aguiar, J. L. (2019). Innovación docente y empleo de las TIC en la Educación Superior. Revista espacios40(2). Recuperado de http://www.ub.edu/obipd/innovacion-docente-y-empleo-de-las-tic-en-la-educacion-superior/

Albernar-Cabrera, I.E., & Santos-Montalvo, N. R. (marzo, 2020). El docente adulto mayor; una arista de la brecha digital en la universidad contemporánea. Trabajo presentado en el XIII Congreso Internacional Informática en Salud 2020. La Habana, Cuba. Recuperado de http://www.informaticahabana.cu/sites/default/files/ponencia-2020/SLD087.pdf

Freire-Quintana, J. L., Páez-Quinde, M. C., Núñez-Espinoza, M., Narváez-Ríos, M., & Infante- Paredes, R. (2018). El diseño curricular, una herramienta para el logro educativo / Curriculum design, a tool for educational achievement. Revista De Comunicación de la SEECI, (45), 75-86. https://doi.org/10.15198/seeci.2018.45.75-86

Loo, Z. (2020). La ansiedad a causa de la brecha digital generacional en los adultos mayores de 65 a 75 años en el distrito de Santiago de Surco [Tesis de Licenciatura, USIL]. http://repositorio.usil.edu.pe/handle/USIL/9912

Suárez-Guerrero, C., Rivera-Vargas, P., & Rebour, M. (2020). Preguntas educativas para la tecnología digital como respuesta. Edutec. Revista Electrónica de Tecnología Educativa, (73), 7-22. https://doi.org/10.21556/edutec.2020.73.1733

Valverde-Alcívar, M., Nivela-Cornejo, A., & Espinosa-Izquierdo, J. G. (2017). Docentes y estudiantes, la brecha generacional digital. Espirales. Revista multidisciplinaria de investigación, 1( 7), 64-68. http://dx.doi.org/10.31876/re.v1i7.228


 

miércoles, 17 de febrero de 2021

 Ensayo

Entornos virtuales de aprendizaje y sus ventajas en la universidad

Hipólito César Vilca Panti

A fines de la década de los 90, Internet resultaba un gran aliado en la búsqueda de información para los universitarios que estaban familiarizados con buscar libros en un fichero y completar los datos en una hojita para acceder a uno de ellos. Es que resultaba bastante novedoso que, con tan solo digitar una palabra en el buscador Altavista, se pudiese encontrar un sinfín de informaciones en cuestión de segundos. Hoy, en el 2018, esto es habitual y, desde aquel entonces, se fueron desarrollando otros motores de búsqueda como Google, redes sociales como Facebook, portales de audio y sonido como Youtube, tiendas virtuales como Amazon, juegos en línea como Candy Crush y aplicaciones para alojar información como Onedrive, entre otros, de los cuales se puede disponer no solamente en una computadora, sino también en una tablet o un celular. En el contexto educativo, también hubo un desarrollo considerable con respecto a la tecnología, por lo que no se puede ser indiferente a ella. Por el contrario, los docentes deben saber emplearla para diversos fines vinculados con el área. Al respecto, algunas herramientas con las que se puede contar son los entornos virtuales de aprendizaje, los cuales son muy útiles en este ámbito. Precisamente, en este ensayo, se pretende reflexionar acerca de su concepto y de las ventajas que ofrece en la universidad.

Sobre los entornos virtuales de aprendizaje, Chan (2004) afirma que son espacios en los que se produce una interacción sincrónica y asincrónica. Esto quiere decir que, a partir de un programa curricular, se logran los aprendizajes mediante un sistema que permite su administración, ya sea que tenga lugar en el mismo tiempo, pero no necesariamente en la misma ubicación, o que ocurra de manera independiente al tiempo real. Además, García, Ruiz y Domínguez (2007) señalan que los entornos virtuales de aprendizaje son espacios alojados en Internet que se emplean para administrar y realizar un seguimiento a las actividades de aprendizaje, así como para evaluar el proceso y el producto logrado. Por lo tanto, constituyen otra alternativa para que los docentes puedan desempeñar su rol educativo de orientador con la ayuda de la tecnología, lo que, en definitiva, le ofrecerá múltiples ventajas. Por su parte, Cruz, Hiraldo y Estrada (2010) sostienen que existen una variedad de entornos virtuales. Sin embargo, tienen determinados elementos en común. Generalmente, tienen una página de bienvenida donde se colocan los anuncios y una barra de navegación. Asimismo, presentan unidades de aprendizaje donde se pueden encontrar los materiales de aprendizaje, foros, wikis o evaluaciones. Por otro lado, estos espacios virtuales se pueden clasificar en comerciales y libres. Entre los primeros, cuyo acceso es pagado y se asocia más al uso corporativo, destacan Blackboard, First Class y eCollege. Entre los segundos, cuyo acceso es abierto al público en general por no necesitarse una membresía si se utilizan solo las propiedades básicas, se puede mencionar a Symbaloo, Atutor, Chamilo, Dokeos y Moodle, entre otros.  

Por otra parte, los entornos virtuales de aprendizaje presentan varias ventajas en el ámbito universitario. Primero, para Santos (2018), permiten que se amplíe el espacio de interacción entre el docente y los estudiantes, dado que la parte virtual de la clase, cual fuese su modalidad, se puede realizar en cualquier lugar y ya no es necesario que haya un desplazamiento hasta el campus. Segundo, posibilitan que el profesor y los alumnos cuenten con una flexibilidad en sus horarios, ya que las actividades se pueden efectuar en cualquier momento según el cronograma establecido. Tercero, promueven el desarrollo de habilidades cognitivas como la previsión, la planificación, la deducción, el análisis y la autoevaluación, entre otras, las cuales son muy útiles en la universidad. Cuarto, posibilitan el acceso a la información mediante el contenido ´subido´ a la plataforma en forma de videos, diapositivas o lecturas, o al incentivo de su búsqueda en otros espacios físicos o digitales, así como a la gestión del conocimiento a través de las distintas actividades que se propongan como la creación de un ensayo o una reseña en una wiki. Quinto, según López (2015), estimulan el trabajo colaborativo; es decir, promueven que el estudiante pueda trabajar de manera conjunta y coordinada con sus compañeros de equipo para lograr un objetivo en común. Sexto, acercan a los estudiantes al uso de las herramientas tecnológicas, lo cual logra modificar en ellos la noción de que la tecnología solo se emplea como un medio de entretenimiento y que, más bien, se puede utilizar para fines académicos. Séptimo, permiten la interacción entre el docente y los alumnos, y entre los mismos estudiantes mediante chats para formular alguna pregunta o foros para discutir algún tema. Octavo, posibilitan que las evaluaciones se puedan aplicar virtualmente según el tipo de prueba como cuestionarios online, participación en los foros, redacción de trabajos o envío de tareas, de modo que, en todos los casos, el docente tiene la oportunidad de ofrecer una retroalimentación.

En conclusión, en este texto, se ha reflexionado acerca de los entornos virtuales de aprendizaje. Estos son espacios en Internet que permiten la interacción sincrónica y asincrónica, y permiten administrar y realizar un seguimiento al logro de los aprendizajes. Además, se ha destacado que sus principales ventajas en la universidad se relacionan con la flexibilidad del espacio y del tiempo, el desarrollo de habilidades cognitivas, el trabajo colaborativo, el manejo de información y la gestión del conocimiento, y la evaluación, entre otras. Al respecto, si bien este ensayo se vincula con el ámbito universitario, los entornos virtuales de aprendizaje también se pueden emplear en la educación básica, posiblemente con los EVA de tipo libre, de tal forma que constituya un vehículo de inclusión y de metodología activa. Asimismo, es recomendable que el docente no se mantenga apartado del uso de estas plataformas en sus clases y, más bien, las deba considerar como otra alternativa que le permita lograr los aprendizajes en sus estudiantes.

 

REFERENCIAS

Chan, M. (2004). Tendencias en el diseño educativo para entornos de aprendizaje digitales. Revista Digital Universitaria, 10(5), 2-26. Recuperado de https://bit.ly/2J7BxF3

Cruz, M., Hiraldo, R. & Estrada, V. (2010). El aprendizaje virtual y la gestión del conocimiento. Estudio de caso de la Universidad Abierta para Adultos, UAPA, República Dominicana. Boletín IESALC Informa. N.o 208. Recuperado de https://bit.ly/2JqAlgn

García, L., Ruiz M. & Domínguez, D. (2007). De la educación a distancia a la educación virtual. Barcelona: Ariel.

López,  C. (2015). El desarrollo de competencias profesionales en los Entornos Virtuales de Aprendizaje en ingenierías. El caso de la ingeniería en informática (tesis de doctorado). Universidad de Granada. Recuperado de https://bit.ly/2SzPlMO

Santos, B. (2018). 9 características principales del ambiente virtual de aprendizaje. Hotmart/Blog. Recuperado de https://bit.ly/2OWTRXI

 

RELACIONES SEMÁNTICAS

Aquí un material que elaboré sobre relaciones semánticas

sábado, 13 de febrero de 2021

Intento de poema

 

Intento de poema

Una palabra: delicada, triste, miserable

ha planeado junto a otras como ella

nacer en un intento de poema.

Yo la he cogido entre mis brazos.

La he cargado…

La he mimado para dártela:

enérgica, contenta, afortunada,

pero llora y no es fácil, nada fácil sostenerla.

 

¡Pobre desesperación humana!

Deslumbrante tú, más que luces de neón,

apareces y acudes en mi auxilio…

Calmas la sed de mi palabra.

Al verte, las demás que yacían apartadas,

se acercan a tu lado

para luego venir hacia mí,

más asequibles, más calladas,

que ya confluyen en algunos versos,

los primeras de esta útil experiencia.

 

Pero, por más que las palabras sean unidas

en una distribución convencional

y aunque yo siempre te las querré entregar,

nunca sabré emplearlas con precisión

para ensalzar y describir

las maravillas de tu ser.

Basadas en ti…

ellas siempre serán un intento de poema.

                                                                                        César Vilca

jueves, 9 de abril de 2020

El crimen de Raskolnikov en Crimen y Castigo


  Desde un sentido jurídico, un crimen es una infracción gravísima de orden moral o legal que comprende una mala acción como un asesinato o un robo provocado por un afán personal. Entonces, si un hombre ingresara a la casa de una mujer y le asestara tres golpes con un hacha para matarla y, luego, se adueñase de alguna propiedad de esta, ¿podría incluirse en dicha falta? La respuesta evidente sería un sí rotundo; pero ¿habrá alguna excepción?, ¿alguien que pueda decir lo contrario y justificar la acción? Pues tratándose de Raskolnikov, un hombre que tiene ansias de probar una idea bastante afianzada, este podría ser un caso distinto.
  La palabra “crimen” tiene en la novela un sentido que va más allá del jurídico; es aquel que rebasa todas las normas y leyes humanas porque el objeto del crimen no es asesinar y, mucho menos robar, sino la afirmación del propio derecho a cometer tal acción.
“No he matado para ayudar a mi madre, no… ni tampoco para erigirme como bienhechor de la humanidad, después de haber adquirido los medios. No, he matado sencillamente, he matado para mí solo…”.
  Raskolnikov experimenta la posibilidad de sobrepasar a los seres inferiores que lo rodean. Se siente distinto de los demás y llamado a tener un destino especial; así supone que hombres como él tienen derecho a desconocer todas las reglas. No existe ya moral, sino una libertad total. Por eso, el crimen no posee el valor de un crimen.
  Para él, la vieja usurera es una pared que debe echar abajo para conseguir el afianzamiento de su idea de eliminar a un ser inútil para la humanidad y la tranquilidad momentánea.
 El crimen no es justificable para la sociedad. Ningún ideal ni ninguna religión podrían autorizarla porque levantar la mano contra el semejante es como levantar la mano contra Dios y contra uno mismo, pues se hace mal uso de libertad. Cualquier vida humana vale más que le pensamiento abstracto de un individuo. Nada humano merece la muerte provocada, sin embargo Raskolnivok piensa que todo le está permitido.
  En consecuencia, la acción del personaje es mucho más terrible que cualquier crimen porque trata de demostrar a todos y a sí mismo que “no hay ninguna barrera que no se pueda saltar por encima de todo”. Luego de su confesión a Sonia y a la sociedad, estará en el presidio donde otros sujetos con mayor acción criminal que él no lo querrán y lo evitarán al percibir su acto como el más monstruoso cometido.
  Esto no quiere decir que él sea un monstruo, ya que no es un personaje negativo. Este personaje, más bien, no tiene nada de egoísta, ni de repugnante. Pese a ser un asesino, carece de cualidades inmorales e inhumanas. Si mató, fue porque se había empeñado con toda su alma en resolver algo muy importante para él y para el mundo; tanto así que “habría estado dispuesto a dar mil veces su existencia por una idea”.
  Además, esta muerte que lleva en su conciencia no será fácil para él. En la angustia y en la desesperación que lo acompañan incesantemente, dirá una verdad absoluta: “¡Me maté a mí mismo, no a ella!” y se sentirá tan aislado de la humanidad que ya ni siquiera podrá abrazar a su hermana ni a su madre porque su crimen lo ha llevado a cortar “con unas tijeras cuantos lazos podían unirle con los hombres y con las cosas”.
  Sin embargo, gracias a Sonia, la pequeña prostituta, Raskolnikov conocerá finalmente la verdadera libertad que no es orgullosa. Es una libertad distinta en la que uno no se cree Dios, pues sería querer morir en cuanto se es hombre. Por eso, existe la libertad de elegir el bien y supone también la posibilidad del pecado. Se podría hacer el mal, pero existe la opción de abstenerse porque está prohibido y esto conlleva a una cárcel o, en términos dantescos, al infierno.
  Es que existen quienes practican el mal o el bien siguiendo su propia voluntad, “se creen superhombres y se rompen la crisma con las primeras experiencias”. Asimismo, existen los otros que descubren la dulzura de realizar el bien por el bien mismo que los lleva hacia Dios y los salva.
  Raskolnivov ha hecho un mal por orgullo y, por eso, estropeó la libertad que se le había dado. Quiso destruir lo humano que había en él: el instinto del bien. Es ese instinto lo que lo inclinará hacia la salvación porque es el que resiste mejor las pruebas. Entonces en su arrepentimiento el que recatará su alma y lo llevará a comprender a Dios.
Hipólito César Vilca Panti

BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA
Bajtin M., Mijail: “Problemas de la poética de Dostoievski”. México, Fondo de Cultura 
            Económica, 2da. Ed., 2003.
Dostoievski, Fedor: “Crimen y castigo”. Tr. Rafael Cansinos Assens. Barcelona, Editorial   
            Planeta, 2000.
Guardini, Romano: “El universo religioso de Dostoyevski”.Tr. Alberto Luis Bixio. Buenos aires, Emecé Ed., 1954.
Troyat, Henry: “Dostoyevski”. Tr. Irene  Andresas. Barcelona, Editorial Destino, 1946.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Ángeles en el Purgatorio


   Los ángeles intervienen en la Divina comedia de manera importante y decisiva en determinados momentos, pues su atención y cuidados derivan de la perfección del Reino de Dios (Paraíso, canto XXIX); pero ¿con qué aspecto aparecen?, ¿cuál es su sentido en la obra? y ¿cuál, su forma de obrar?
   Sabemos que la aparición del primer ángel data del canto noveno del Infierno cuando Dante y Virgilio son impedidos de ingresar a la ciudad de Dite. Este se muestra, al inicio, mediante retumbantes y pavorosas imágenes auditivas, para luego presentarse imponente ante los diablos que nada pueden contra la voluntad de Dios y, como abstraído por ese éxtasis divino, se marcha sin dirigirles la palabra (Infierno, canto IX).
   Encaminándonos al Purgatorio, su aparición se hará con mayor frecuencia. Desde el comienzo, en el Antepurgatorio,  Dante describe maravillado al ángel barquero como una “luz por el mar tan prestamente”, con alas y una tan “blanca forma” que, próximo a él, su “vista abruma”. Este tampoco se dirige a él ni a su guía Virgilio.
   Así más ángeles seguirán presentándose en el resto del camino de expiación. Dos más emprenderán el vuelo, con fulgurante espada en mano, rubios y de trajes “verdes cual tallos”, para alejar a la serpiente, tentación del mal, de las almas que cada noche visita. Y estos, como los anteriores, se marchan acabada su misión.
   Sin embargo es el siguiente, el ángel portero, quien por primera vez se dirigirá a los peregrinos. A pesar de que su santa irradiación les hace apartar la vista, en ella también hay amor, como se ha de apreciar en su hablar cuando se entera de parte de quien se presentan:
“Que ella os guíe y asista con sus dones
- continuó fácil el cortés portero -
avanzad, pues; subid mis escalones.”[1]
   Lleva traje de color plomizo “como la tierra” y dos llaves entregadas por el mismo Pedro. Les dice cómo irán a ascender por las diferentes terrazas, coge cordialmente a Dante y le inscribe con la punta de su espada las siete “P” que deberán ser borradas vía purificación. De esta manera, se manifiesta el sacerdocio como señal cristiana.
   Luego, en forma consecutiva, aparecerán serviciales, bellos y como “el sol que en nuestros ojos pesa” los siete ángeles custodios de cada terraza, quienes, a excepción del último, borrarán cada “P” de la frente de Dante y lo animarán a subir al siguiente círculo, cantando una bienaventuranza: el de la Humildad borrará la señal de la soberbia, raíz de todo pecado; el del Amor Fraternal, la de la envidia; el de la Paz, la de la ira; el de la Solicitud, la de la pereza; el de la Justicia, la de avaricia y prodigalidad; y el de la Abstinencia, la de gula.  
   Ya Dante es de más “ágil marcha” en su caminar y le queda aún una “P” por borrar; pero en la terraza donde moran los lujuriosos, el último de estos ángeles custodios, el de la Castidad, no puede borrarla e invita alegre a este a entrar en el fuego y purificarse.
   Después los ángeles ya no aparecerán como figuras individuales, con excepción del arcángel Gabriel que está relacionado con la Virgen María; sino mediante coros celestiales, primero en el paraíso terrenal del Purgatorio y, luego, en el Paraíso.
   En mencionado paraíso terrenal, la multitud de ángeles, “cual jamás en el mundo fue blancura”, llega entonando una dulce melodía y arrojando flores alrededor del carro donde viajan. Surge Beatriz y Dante no atina a contestarle nada, pues su vergüenza lo enmudece; sin embargo, compadeciéndose de él, desean que se le perdone pronto e interceden ante ella:  
“¿Por qué, mujer, tan dura así le espantas?”[2]
   Queda implícito que los ángeles representan el estallido de la plenitud celestial. Salen al encuentro del peregrino que se dirige hacia lo alto y lo rodean con su atención y amor.
   Por último, los ángeles son criaturas cuyo accionar está por encima del hombre. Por eso no es posible representarlas en figuras humanas. Son espíritus, no enemigos de un cuerpo; pero sí incorpóreos que emanan una gran luz y ardor. Son seres henchidos de un amor grande que muestran,  en ese rápido llegar y marcharse, su pureza divina. Son enteramente cristianos y forman el ejército de Dios, quien obra mediante ellos. De acuerdo a Romano Guardini[3], “para Dante, los ángeles son esas criaturas de las que se habla en las Escrituras y que están presentes en la vida de la Iglesia”, es decir, criaturas que en la fe, en la obediencia y en el amor se han vuelto hacia Aquel de quien la vida procede y, por cuya iluminación, la vida se torna hermosa. Es indudable que para resaltar su grandeza, el poeta tomó elementos metafísicos, líricos y simbólicos.
Hipólito César Vilca Panti

[1] Purgatorio, canto IX, versos 91-93
[2] Purgatorio, canto XXX, verso  93
[3] Romano Guardini: “El ángel en la Divina Comedia del Dante” Pág. 122

BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA
Alghieri, Dante: La Divina Comedia.  Tr. Conde de Cheste. Madrid, Ediciones Íntegra, 2003.  
Avolio, Lamberto: Flor de Florencia. Guía al estudio de la Divina Comedia. 
        Lima, 1944.
De Sanctis, Francisco: Las grandes figuras poéticas de la Divina Comedia.
        Buenos Aires, Emecé Editores, 1945.
Guardini, Romano: El ángel en la Divina Comedia del Dante. Tr. Alberto Luis  
        Bixio.  Buenos Aires, Emecé Editores, 1961.

jueves, 25 de julio de 2019

El espectro de Hamlet

  
  Este personaje es mencionado desde el inicio de la obra[1], pues los soldados lo han visto aparecer en dos ocasiones en Elsinor mientras hacían guardia. A petición de ellos, es que Horacio, el amigo de Hamlet, le dirige la palabra para saber sobre él; pero éste se marcha sin decir nada. Después de este momento, advertiremos por medio de Horacio quién es aquel espectro. Es la figura de quien fuera el último Rey de Dinamarca que luego de desafiar a combate a su homólogo Fortimbrás de Noruega, lo mató y, por el acuerdo sellado entre ambos, se apropió de las tierras del vencido.
   En la escena II del acto I, después de que Horacio informa a su amigo Hamlet sobre el espectro que vio con la figura de su padre, armado de pies a cabeza, de barba gris y con caminar majestuoso y lento, este decide acudir para verlo y saber más. Después, en la escena V de ese mismo acto, se produce el encuentro entre el espectro y Hamlet, por el cual nos enteramos de una importante revelación que marcará el desarrollo de la obra.
   El espectro inicia señalando el poco tiempo que le queda para entregarse a las “llamas de azufre” y el deseo de venganza que debe satisfacer Hamlet. Revela que es el espíritu de su padre, el anterior Rey de Dinamarca, que está condenado hasta que se quemen y purifiquen los delitos que cometió en vida. Luego le ratifica que vengue su asesinato a manos de su hermano Claudio quien, mientras dormía en el jardín, aprovechó el descuido y vertió veneno en su oído para despojarle de la vida, de su reino, de  la Reina y condenar su alma tras haber muerto en pecado. Pide también que, en lo que corresponde a la reina Gertrudis, se lo deje al Cielo para no “mancharse el alma”.
   Ya entregado a su hijo el mandato de venganza, la próxima y última vez que advertiremos la aparición breve de este espectro será en la escena IV del acto III cuando Hamlet discute con su madre. Y es para animar aun más el propósito de venganza que el príncipe no efectuaba y posponía.
   El personaje del espectro es determinante en la obra a pesar de sus breves apariciones, pues revela una información que altera el curso normal de una historia en la que se celebraba el matrimonio del nuevo rey Claudio con la reciente viuda Gertrudis, poco después de llorar “la muerte natural” del anterior Rey. Revela la información que cambiará aun más la vida de Hamlet, un hombre que lloraba la reciente muerte de su padre y no comprendía la actitud de su madre al casarse tan pronto con su tío. Es entonces que la figura del espectro será como el consejero que permanecerá en la mente de Hamlet para animarlo a realizar su venganza.
Hipólito César Vilca Panti

[1] Shakespeare, William: “Hamlet”. Tr, José María Valverde. Barcelona, Editorial Planeta, 2000.

viernes, 12 de abril de 2019

La moral de Gertrudis, la madre de Hamlet

  
 La historia de Hamlet presenta una especie de envenenamiento moral. Podemos intuir que el protagonista había sido feliz hasta un momento impactante de su vida, pues ocupaba su tiempo en sus dedicados estudios, en los ejercicios de cuerpo y espíritu, en el culto a las artes y, desde luego, en el amor a una joven pura y a un padre noble. Sin embargo, sobre este ser sensible por su naturaleza y educación,  sobreviene de golpe la desgracia abrumadora con la muerte de un ser amado, su padre, y el posterior, pero repentino accionar nada moral de su madre que terminará por tensionar toda su maquina nerviosa: 
         “¡Al cabo de un mes! Antes que la sal de sus lágrimas inicuas
          hubiese dejado el enrojecimiento de sus ojos irritados, se casó.
          ¡Ah, prisa maldita, apresurarse con tal agilidad a sábanas incestuosas! [1]
   La madre de Hamlet es Gertrudis quien representa a una mujer sensual que ama, conoce y actúa a través de los sentidos como un animal dominado por las pasiones y los instintos. Por eso, es inconstante en sus afectos. Vive para la felicidad y piensa que la felicidad es su derecho, ignorando que hay deberes pertinentes para conseguirla. De ahí que no suponga ni sospeche que el querer ser feliz puede llegar a ser un mal para su hijo. Esto lo podemos apreciar cuando Hamlet le reprocha su accionar con palabras llenas de resentimiento y mordacidad: “Madre, has ofendido mucho a mi padre… eres la Reina, la mujer del hermano de tu marido” y ella le responde con total ingenuidad y ausencia de culpa: “¿Qué he hecho para que te atrevas a soltar la lengua con clamor tan violento contra mí?”. Incluso justifica el asesinato del Rey con estas palabras: “Todo cuanto vive debe morir”.
   No se piense que Gertrudis no amaba como madre a Hamlet. Sí lo hacía, mas con un instintivo amor biológico que provocará lo suficiente para acelerar la destrucción de su hijo. Veamos, por ejemplo, que en la lucha que éste sostiene con Laertes, ella lo apoya: “Ven, Hamlet, toma mi pañuelo, sécate la frente” y brinda desconociendo el efecto mortal de la bebida para luego expresar entre sus últimas palabras un “mi querido Hamlet”, que no necesariamente es una expresión afligida, sino más bien de amarga queja de su egoísmo en vías de arrepentimiento por todo el daño que su actitud causó en él.
   ¿Y qué causó en él? Pues “morir” prontamente mediante un veneno más moral que mortal que lo conllevó a la desestabilidad emocional. Así lo podemos encontrar ya sin un claro sentido o gusto por la vida: “¡Qué enojosas, qué gastadas, qué insípidas me parecen todas las cosas de este mundo!” y con los nervios crispados: “Ahora yo podría beber sangre caliente y hacer tan crueles cosas que el día se estremecería de verlas. ¡Calma! ”.  Por eso, no necesita buscar las ideas raras, las incoherencias aparentes, las exageraciones y los sarcasmos. Los encuentra fácilmente; no tiene por qué violentarse,  no tiene más que dejarse llevar por sí mismo.
  Entonces Shakespeare presenta a Gertrudis como la dueña de una sensibilidad poderosa que triunfa en su pasión, pero que sucumbe ante su propio egoísmo. Además no la presenta sola, pues “de toda culpa de mujer es responsable un hombre, por injusto, por inepto o por liviano. De las culpas de mujeres como Gertrudis es siempre autor un Claudio, por egoísta, por concupiscente o por malvado” [2].  Así ella hará un enorme mal a su hijo sin saberlo, sin quererlo ni sentirlo, un mal que no dudaría en llorar si tuviera conciencia moral de él, un  mal que acelerará la condena de su hijo a la locura y la desgracia.
Hipólito César Vilca Panti
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[1] Hamlet (Acto I, escena II)
[2] Pedro Henríquez Ureña: “Hamlet en sus tres versiones”. Pág. 233
BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA
Henríquez Ureña, Pedro: “Hamlet en sus tres versiones”. Tr. Guillermo Mac Pherson y Patricio  Canto. Buenos Aires, Editorial Losada. 3era. Ed., 1968.
Shakespeare, William: “Hamlet”. Tr, José María Velarde. Barcelona, Editorial Planeta, 2000.
Valencia, Luis Emiro: “Hamlet, símbolo de nuestro tiempo”. Bogotá, Fondo de Publicaciones
            “José María Rojas”, 1953.
Traversi, Derek: “Shakespeare”. Tr. Concepción Vásquez de Castro. Barcelona, Editorial
             Labor, 1951.

domingo, 17 de febrero de 2019

 

Ensayo

Desafíos del director líder en la educación peruana del siglo XXI

Hipólito César Vilca Panti

Rocío María Lázaro Landeo

Resumen

En este ensayo, se van a presentar tres desafíos que enfrenta el director líder en el contexto de la educación peruana del siglo XXI. El primero se vincula con la formación y ética profesional con la que debe contar. El segundo se relaciona con la amplia diversidad cultural que existe en el país. El tercero es la calidad educativa a la que debe conducir a los estudiantes de su institución educativa. Además de explicar cada uno de ellos, se proponen determinadas acciones que podrían considerarse en su liderazgo.

Palabras clave: director, líder, desafíos, ética profesional, diversidad cultural, calidad educativa

 

Introducción

Cada cierto tiempo, de acuerdo con las normas educativas peruanas, se anuncian concursos públicos para ocupar el cargo de director de alguna institución escolar. Según el artículo 18 de la ley 29062 de Carrera Pública Magisterial (2018), él es la máxima autoridad y el representante legal de la institución educativa. Se constituye como el responsable de los procesos de gestión educativa, pedagógica y administrativa. Además, tiene la función de promover las mejores condiciones materiales y de clima institucional para el adecuado desempeño profesional de los docentes y para que los estudiantes logren aprendizajes significativos. Por lo mencionado, el director debe ser una persona que pueda realizar mejoras en el colegio donde se encuentre, pero, más que ello, debe ser una persona que pueda impulsar cambios, aunque las circunstancias sean adversas. De acuerdo con lo anterior, cada individuo que se proponga a asumir dicho cargo, o ya lo tenga, no tiene que considerar que es meramente una función administrativa y que, por consiguiente, adquiriría beneficios económicos o mayor estabilidad, sino que va a asumir una responsabilidad que repercutirá en la comunidad educativa, como el líder que está llamado a ser, debido a que su trabajo se tiene que orientar a lograr una nueva cultura, a la innovación o a la adaptación al cambio. Es así como su labor no es fácil y se encuentra expuesta a enfrentar ciertos desafíos que tiene la educación peruana del siglo XXI, los cuales se relacionan con su formación y práctica de ética profesional, con la diversidad cultural y con los estándares de calidad educativa. Ante la importancia de este tema, en este ensayo, a continuación, se ha creído conveniente explicarlos, de tal manera que se puedan establecer acciones desde su liderazgo para realizar un cambio educativo.

La formación y práctica de ética profesional

Uno de los mayores desafíos que tiene el director líder se relaciona con su formación, ya sea en el plano pedagógico o de gestión, y con la práctica de su ética profesional. Por un lado, no es suficiente ser un buen profesor de aula para asumir esta función, sino que debe estar preparado para cumplir funciones de conducción de un grupo, poseer ciertas formas de comportamiento, habilidades básicas para el manejo de técnicas de gestión pedagógica e institucional, así como poseer una calificación óptima para el cargo. Según el Minedu (2012), ha de evidenciar sus dominios, competencias y desempeños. Entre ellos, se puede mencionar la gestión de las condiciones para la mejora de aprendizajes y la orientación de los procesos pedagógicos, la conducción de manera participativa de la planificación institucional, la promoción de la participación democrática, y el fomento de la evaluación de la gestión de la institución educativa y el rendimiento de cuentas. Por otro lado, de acuerdo con Restrepo y Restrepo (2012), el director líder es quien debe traducir los ideales formativos de la institución en estándares éticos, de tal modo que haya una sana convivencia entre todos los miembros de la comunidad educativa. Para ello, debe haber coherencia entre sus principios éticos y sus acciones. Por ejemplo, no es posible que quien ocupe este cargo se deje llevar por sus intereses económicos personales al apropiarse del dinero destinado para la mejora de la infraestructura de un colegio y deba mentir con que no se le proporcionó lo suficiente. Por lo tanto, es necesario que el director líder sea un ejemplo de vida y se convierta en inspiración para los demás, no solamente para los docentes, sino también para los alumnos y los padres de familia. Además, es importante que todas las decisiones que tome se basen en documentos visibles y manejables por todos como reglamentos o normas de convivencia, de tal forma que siempre haya transparencia y pueda haber desarrollo, crecimiento y consolidación en las personas que se encuentran bajo su liderazgo.

La diversidad cultural

Otro de los desafíos que tiene el director líder se vincula con la diversidad cultural. En un contexto como el peruano, es importante saber que no hay un solo modelo de realización humana y se debe entender que ninguna persona es mejor que otra por su cultura.  Según un principio de la teoría del desarrollo humano, el fin último de la vida es la libertad, por lo que, más que “tener”, importa el “ser”. Para autores como Sen (2010), esto significa realizar todas las potencialidades del ser humano en el sentido de acceso a oportunidades, capacidad de asociarse con los demás y el ejercicio de la ciudadanía. En ese sentido, el director líder es el llamado a ser la cabeza para generar las condiciones necesarias y ampliar las oportunidades de todas las personas de la comunidad educativa para que puedan realizarse como seres humanos y ejerzan plenamente sus derechos. Entonces, su práctica debe estar orientada a realizar determinadas acciones y gestiones. Según Vergara y Alegría (2010), estas son las siguientes: primero, promover la formación de redes de colaboración entre la institución educativa y los centros de formación magisterial; segundo, guiar el diseño del conjunto de programas de formación inicial y constante de los docentes en relación con la inclusión y la atención a la diversidad; tercero, formar equipos de apoyo interinstitucional; cuarto, crear espacios de atención y apoyo a los padres de familia y profesores; quinto, apoyar en el diseño, ejecución y evaluación de programas de investigación educativa relacionados con el tema. De ese modo, este proceso, en función de la diversidad, considerará la generación de un plan de acción desde las sesiones y los encuentros de sensibilización de docentes, alumnos y padres de familia. Además, por su accionar, se deberán realizar talleres de formación sobre atención a la diversidad, la creación de materiales de apoyo a la inclusión y el diseño de adaptaciones curriculares individualizadas, toma de decisiones curriculares comunitarias. Incluso, será el promotor de que el centro educativo se adapte a las necesidades de todo el alumnado, y se logre un trabajo conjunto de los equipos de apoyo con los docentes y la integración de estudiantes diversos.

Los estándares de calidad educativa

Un desafío más al que se enfrenta el director líder es el buscar que su institución consiga estar dentro de los estándares de calidad educativa. En la prueba PISA del año 2015, según OECD (2016), Perú ocupó el puesto 63 de los 70 países participantes en la comprensión lectora. Aunque consiguió un avance significativo en el rubro al registrar una mejora de 14 puntos en relación con los 384 obtenidos en el 2012, existe un 46.7 % de estudiantes peruanos ubicados entre quienes presentan los peores resultados y solo un 0.6 % se muestra en los más altos niveles de tal evaluación. Esta posición revela la educación precaria en el país, no solamente con respecto de otros países participantes, sino por el hecho de que no serían capaces de alcanzar, mediante la lectura, un desarrollo personal y una participación activa en la sociedad a futuro. Ante situaciones como esta, relacionadas con alcanzar estándares de calidad, según Freire y Miranda (2014), el director líder debe interactuar de forma directa con los estudiantes mediante el monitoreo y la sanción de la conducta si fuese inapropiada, así como de las acciones que tiendan a controlar la disciplina de aquellos que presentan problemas o faltan frecuentemente al colegio. Esto tiene que ocurrir así, debido a que su función consiste en dirigir y supervisar el desarrollo, la evaluación y la mejora de la educación de todos los alumnos. Por otro lado, de manera indirecta, el liderazgo del director incide en el rendimiento de los estudiantes en tanto contribuya a desarrollar entornos de aprendizaje para los profesores, logre estimular una comunicación fluida con ellos, los supervise constantemente, comparta la toma de decisiones, y los motive y aliente sus capacidades. De este modo, definitivamente, habría un mayor desempeño de los profesores en el aula, lo cual implicaría mejoras en el rendimiento de los estudiantes y, por consiguiente, que se pueda alcanzar los estándares de calidad. Al respecto, Salmi (2009) añade que es muy importante que el director líder considere tres factores que se interrelacionan. El primero es que pueda concentrar talento docente en su institución, cuyo nivel de formación continúe enriqueciéndose con conocimientos específicos y métodos educativos, y que haya un vínculo con docentes de toda la comunidad académica, lo cual garantizará el acceso de los estudiantes a una educación de calidad. El segundo es el gestionar abundantes recursos para que haya un ambiente pertinente de aprendizaje, los cuales incluyan tecnologías de información y comunicación, y el uso del inglés, además de las nativas. De esa manera, los estudiantes podrán desarrollarse en ámbitos locales e internacionales. El tercero es que propicie condiciones que fomenten la visión estratégica, la innovación y la flexibilidad, lo que permitirá que en la institución se tomen decisiones conjuntas y pertinentes, y que se administren los recursos adecuadamente en favor de los estudiantes.

Conclusión

En síntesis, el director líder se enfrenta a ciertos desafíos en el contexto de la educación peruana del siglo XXI. En primer lugar, estos se relacionan con la formación pedagógica o de gestión y la práctica de la ética profesional que pueda tener, debido a que no cualquier persona, por más que haya sido un buen docente, debe cumplir esta función. En segundo lugar, existe una amplia diversidad cultural en el alumnado con la que pueda relacionarse en su institución educativa, puesto que, en un contexto como el peruano, no hay un solo modelo de realización humana al haber una variedad significativa de culturas. En tercer lugar, los estándares de calidad a los que debe tener como objetivo en la institución educativa donde es director son altos, por lo que es necesario que su liderazgo sea ejercido con la consideración de los docentes con los que cuenta, los recursos que se van a emplear y los alumnos a lo que se pretende educar.

Al respecto, si bien es cierto que la labor del director líder no es fácil por los desafíos que tiene que enfrentar, es necesaria su presencia y que asuma su compromiso con responsabilidad. Por otro lado, es cierto que no el único actor educativo que debe velar por los alumnos, como es el caso de los docentes quienes también deberían asumir su liderazgo desde la función que desempeñan. Sin embargo, como cabeza de la institución educativa es el llamado a impulsar el cambio educativo, pese a las circunstancias evidenciadas del contexto peruano actual.

Referencias

Freire, S. y Miranda A. (2014). El rol del director en la escuela: el liderazgo pedagógico y su incidencia sobre el rendimiento académico. En Avances de Investigación 17. GRADE. Lima.

Ministerio de Educación (2013). Marco del buen desempeño del directivo. MINEDU. Lima. Recuperado de  https://goo.gl/Gx39UL.

Ministerio de Educación (2018). Normas de Carrera Pública Magisterial. MINEDU. Lima. Recuperado de https://goo.gl/9bKB6Y.

OECD (2016). Singapur encabeza la última encuesta PISA sobre educación que realiza la OECD a escala internacional. PISA: Publicación OECD. Recuperado de https://goo.gl/x73Yzu.

Restrepo, J. y Restrepo, M. (2012). Cinco desafíos en el ejercicio del liderazgo en los rectores de colegios. Educ. Educ. Vol. 15, N.°1, 117-129. Recuperado de https://goo.gl/KbHu91.

Salmi, J. (2009). El desafío de crear universidades de rango mundial. Banco Mundial en coedición con Mayol Ediciones S.A. Washington.

Sen, A. (2000). Desarrollo y Libertad. Ed. Planeta. Buenos Aires.

Vergara, M. y Alegría, J. (2010). Diversidad cultural: un reto para las instituciones educativas. Ed. De la Noche. Guadalajara.