La brecha digital generacional en el ámbito educativo
Hipólito César Vilca Panti
A partir de las preguntas formuladas en el artículo de Suárez-Guerrero
et al. (2020) denominado Preguntas educativas para la tecnología digital como
respuesta, planteo lo siguiente: ¿la brecha digital generacional es un argumento
para que los docentes nos limitemos en realizar nuestra práctica pedagógica?
Como se sabe, en el contexto peruano, quienes ejercen esta profesión pueden
llegar a contar con 65 años e, incluso más edad, en el ámbito universitario. En
ese sentido, según Loo (2020), se caracterizan por estar preocupados por la
salud e interesados en el mundo digital, aunque no muy habituados a su uso. Por
ejemplo, ocasionalmente, utilizan alguna red social como Facebook y pueden
buscar alguna información en Google. En el caso de quienes pertenecemos
a la generación X o Y, aunque uno de nuestros más grandes objetivos es trabajar
como sustento de una familia, de acuerdo con Valverde-Alcívar et al. (2017), tenemos un
mayor acercamiento con el uso de las tecnologías e, incluso, hay quienes podemos
estar a la par con los estudiantes. Sin embargo, el empleo de las TIC en el
ámbito educativo es un tanto distante para muchos, puesto que fuimos educados
de manera tradicional para ser docentes, no las entendíamos y no quisimos salir
de la zona de confort cuando impartíamos una sesión, rechazamos implementarlas
por considerar que nos restaban tiempo o que eran un abuso por parte de las
autoridades educativas, todo lo cual se sintetiza en expresiones como la que
sigue: “Yo ya no estoy para eso”.
Ante ello, considero que la brecha digital generacional no puede ni
debe limitarnos cuando realicemos nuestra labor. A pesar de nuestra edad y, por
consiguiente, de algunas dificultades propias en el uso educativo de las
tecnologías, sostengo esto con dos argumentos. El primero es la necesidad de
lograr el objetivo que nos planteamos. Cuando diseñamos una sesión de clase,
entre otros aspectos, debemos pensar en cómo alcanzarlo (Freire-Quintana et
al., 2018). Es así que, como parte de nuestro quehacer, recurrimos a un abanico
de posibilidades. En un caso particular, antes, tal vez solo era suficiente el
uso de una pizarra, un papelógrafo o unas diapositivas para la presentación del
contenido cuando las clases se impartían en un ambiente físico. Hoy, cuando
estas sesiones son remotas, lo anterior no funciona ni basta en un contexto
virtual, más aún si este abanico de herramientas es mucho más grande: Genially,
Prezi, Canva, etc. Por lo tanto, es fundamental conocerlas, no
necesariamente todas, pero sí en buena medida para lograr nuestro propósito.
Así, en otro caso, en lugar de pedir a los alumnos que “salgan a la pizarra”
para pegar la idea que escribieron en su Post-it, les podremos pedir que,
a través de Mentimeter, realicen lo mismo, pero con el uso educativo de
esta tecnología, la cual ahorra tiempo, y es más funcional y motivadora. El segundo
argumento en el que me baso es la innovación. Este término significa que
introduzcamos modificaciones en la manera de hacer las cosas para que el
resultado sea mejor (Aguiar et al., 2019). En otras palabras,
como docentes que somos, no podemos conformarnos con nuestros logros, sino
aspirar a que podemos conseguir más. Para ello es imprescindible nuestro deseo
de querer superarnos, no por la presión de una pandemia ni por nuestras
autoridades educativas, sino por pasión y vocación. Es así que considero muy
acertado que decidamos capacitarnos, puesto que supone la pretensión que tenemos
de no estancarnos y continuar conociendo nuevas herramientas tecnológicas. A
partir de las experiencias compartidas en estas circunstancias de sesiones a distancia,
estoy seguro de que, a la mayoría, sino a todos, nos ha fomentado el deseo de
investigar e implementar en nuestras clases aquella herramienta que algún
compañero compartió en las reuniones, acorde al objetivo que tengamos, como es
el caso de Jamboard. Incluso, quién sabe, alguno vaya más allá todavía y
cree una nueva herramienta para aplicarse en la educación.
A partir de la reflexión anterior, ¿cómo se
podría acortar esta brecha? Si bien es cierto que la conectividad y el contar con dispositivos
adecuados son fundamentales para esto, de acuerdo con Albernar-Cabrera y Santos-Montalvo
(2020), los docentes de más edad tienen que asumir el reto que se demanda en la
actualidad para ejercer la práctica pedagógica con la implementación de las TIC
en el proceso de aprendizaje. En consonancia con ello, como propuesta, resulta
muy importante la formación continua a corto y a mediano plazo a través de
capacitaciones que tomen en cuenta sus características como el que necesitan un
poco más de tiempo para aprender a usarlas, así como la naturaleza del curso
que imparten y sus objetivos. En ese sentido, no se les puede “atiborrar” con
un sinfín de información, recursos o herramientas tecnológicas, sino que estas
capacitaciones deben contemplar, por ejemplo, algunas herramientas esenciales
de uso más accesible para ellos, al comienzo, a fin de que, posteriormente,
puedan aprender otras más complejas de forma paulatina. Además, es muy
enriquecedor que puedan contar con un acompañamiento de docentes que tengan
mayor pericia en el uso educativo de las TIC, y pueda haber espacios para
compartir sus dudas y experiencias vividas.
Referencias
Aguiar, B. O., Velázquez, R. M., & Aguiar, J.
L. (2019). Innovación docente y empleo de las TIC en la Educación
Superior. Revista espacios, 40(2). Recuperado de http://www.ub.edu/obipd/innovacion-docente-y-empleo-de-las-tic-en-la-educacion-superior/
Albernar-Cabrera, I.E., & Santos-Montalvo, N. R. (marzo, 2020). El
docente adulto mayor; una arista de la brecha digital en la universidad
contemporánea. Trabajo presentado en el XIII Congreso Internacional
Informática en Salud 2020. La Habana, Cuba. Recuperado de http://www.informaticahabana.cu/sites/default/files/ponencia-2020/SLD087.pdf
Freire-Quintana, J. L., Páez-Quinde, M. C., Núñez-Espinoza, M., Narváez-Ríos,
M., & Infante- Paredes, R. (2018). El diseño curricular, una herramienta
para el logro educativo / Curriculum design, a tool for educational
achievement. Revista De Comunicación de la SEECI, (45), 75-86.
https://doi.org/10.15198/seeci.2018.45.75-86
Loo, Z. (2020). La ansiedad a causa de la brecha digital generacional en los adultos mayores de 65 a 75 años en el distrito de Santiago de Surco [Tesis de Licenciatura, USIL]. http://repositorio.usil.edu.pe/handle/USIL/9912
Suárez-Guerrero, C., Rivera-Vargas, P., & Rebour, M. (2020).
Preguntas educativas para la tecnología digital como respuesta. Edutec.
Revista Electrónica de Tecnología Educativa, (73), 7-22.
https://doi.org/10.21556/edutec.2020.73.1733
Valverde-Alcívar, M., Nivela-Cornejo, A., & Espinosa-Izquierdo, J.
G. (2017). Docentes y estudiantes, la brecha generacional digital. Espirales.
Revista multidisciplinaria de investigación, 1( 7), 64-68. http://dx.doi.org/10.31876/re.v1i7.228